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-¡No! No creas en estupideces, el pato feo nunca se convertirá en cisne, no me  hagas creer mentiras, llevo escuchando esa maldita historia 24 años y todo sigue igual. Nunca seré un cisne y lo sabes, deja de mentir, deja de levantar falsas ilusiones, nací así y así me va a tocar morir en breve, no me llames pesimista, llámame realista. Toda mi vida he creído en ti, en mamá, y en todos, ahora me doy cuenta de que en realidad miráis con pena, y sabéis, la pena me la dais vosotros por no aceptarme tal y como soy, por creer que algún día seré perfecta y cumpliré todos vuestros deseos, aceptarlo ya, la muerte vive en mi cuerpo, tengo cáncer, ¡cáncer! Maldito idiota, deja de creer que algún día me curaré. Te odio mejor amigo, te odio...

Sabes que estuve, estoy y estaré siempre que me necesites.

Por ahí dicen que eres un tesoro, de esos que se tienen que cuidar como si tu vida dependiera de ello. Que aprecias cada pequeña cosa, sonríes en cada momento, y eres achuchable no, lo siguiente. Te debo cada cosa, que no sé si seré capaz de hacerte todo lo feliz posible para devolvértelo. Que tus abrazos fueron los mejores, y que los echo de menos cada día. Se podría decir que contigo estar agradecida se queda corto.  Eres de esas personitas que agradezco que hayan aparecido en mi vida. Te quiero demasiado.