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miércoles, 16 de julio de 2014

Sin hacer nada, seré más omnipresente que nunca.

No estaré en los lugares donde esperes encontrarme, ni llamaré cuando suene tu teléfono. No saldré en las fotos que veas, ni pasearé por tus mismas calles. No tomaré café en aquella cafetería, ni quemaré las pistas de baile donde solía bailar. Quizás coja el primer vuelo a cualquier otra parte; como si me hubiese tragado la tierra.

Al principio sentirás un pequeño pinchazo sin importancia. Alguien te preguntará por mí y te sorprenderá no saber qué contestar. Saldrás con tus amigos, te pondrás aquella camiseta que te regalé y, sin saber exactamente por qué, te agobiarás. Con el paso de los días te darás cuenta de que piensas en mí más que de costumbre, y aparecerá la ansiedad. Darás una vuelta para despejarte y que te de un poco el aire después de la noche anterior, pasarás junto a alguien que use mi perfume y, de repente, tu estómago se revolverá y subirá hasta tu garganta, como en una caída libre. Te preguntarás dónde demonios estoy y por qué no te llamo. Sin hacer nada, seré más omnipresente que nunca.
Será entonces cuando me eches tanto de menos que te duela.