Seguidores

domingo, 4 de mayo de 2014

¿Y si ahora fuese nuestro momento?

Plasmar con palabras lo que siento muchas veces me ayuda a entenderme a mí misma.
No sé qué me ocurre, quizá esté bajando la guardia. Noto cómo se resquebraja mi coraza y mis manos sueltan las armas. La luz llega a mis pupilas gracias a que, ahora, el escudo me queda a la altura de los pies. Como si escondiese las garras.
Siento que simplemente me dejo llevar por las sensaciones y no pienso. No sé qué quiero o dejo de querer. Lo único que tengo claro es que ya no me da miedo arriesgar. Que ya he sanado y puede que haya abierto los ojos ante lo que tengo ante mí, y me guste.
Reconozco que me he cegado: tanto tiempo sin querer mirar que ahora me siento abrumada y no sé si siento o simplemente fantaseo con la idea de cómo sería esa historia.
Me siento torpe, tonta, como cuando te estás enamorando. No hay lugar para la razón y yo ya no sé si es la caprichosa primavera o que he caído rendida ante un posible "tú".
Sospecho que ha renacido mi capacidad de poder fijarme en alguien, de, quién sabe, volver a enamorarme, después de tanto tiempo en la trinchera, atacante.
Me siento plena. Amo el amor, y echaba de menos el no poder ni querer, siquiera, planteármelo. ¿Y si ahora fuese nuestro momento?