Seguidores

miércoles, 16 de julio de 2014

Sin hacer nada, seré más omnipresente que nunca.

No estaré en los lugares donde esperes encontrarme, ni llamaré cuando suene tu teléfono. No saldré en las fotos que veas, ni pasearé por tus mismas calles. No tomaré café en aquella cafetería, ni quemaré las pistas de baile donde solía bailar. Quizás coja el primer vuelo a cualquier otra parte; como si me hubiese tragado la tierra.

Al principio sentirás un pequeño pinchazo sin importancia. Alguien te preguntará por mí y te sorprenderá no saber qué contestar. Saldrás con tus amigos, te pondrás aquella camiseta que te regalé y, sin saber exactamente por qué, te agobiarás. Con el paso de los días te darás cuenta de que piensas en mí más que de costumbre, y aparecerá la ansiedad. Darás una vuelta para despejarte y que te de un poco el aire después de la noche anterior, pasarás junto a alguien que use mi perfume y, de repente, tu estómago se revolverá y subirá hasta tu garganta, como en una caída libre. Te preguntarás dónde demonios estoy y por qué no te llamo. Sin hacer nada, seré más omnipresente que nunca.
Será entonces cuando me eches tanto de menos que te duela.

domingo, 4 de mayo de 2014

¿Y si ahora fuese nuestro momento?

Plasmar con palabras lo que siento muchas veces me ayuda a entenderme a mí misma.
No sé qué me ocurre, quizá esté bajando la guardia. Noto cómo se resquebraja mi coraza y mis manos sueltan las armas. La luz llega a mis pupilas gracias a que, ahora, el escudo me queda a la altura de los pies. Como si escondiese las garras.
Siento que simplemente me dejo llevar por las sensaciones y no pienso. No sé qué quiero o dejo de querer. Lo único que tengo claro es que ya no me da miedo arriesgar. Que ya he sanado y puede que haya abierto los ojos ante lo que tengo ante mí, y me guste.
Reconozco que me he cegado: tanto tiempo sin querer mirar que ahora me siento abrumada y no sé si siento o simplemente fantaseo con la idea de cómo sería esa historia.
Me siento torpe, tonta, como cuando te estás enamorando. No hay lugar para la razón y yo ya no sé si es la caprichosa primavera o que he caído rendida ante un posible "tú".
Sospecho que ha renacido mi capacidad de poder fijarme en alguien, de, quién sabe, volver a enamorarme, después de tanto tiempo en la trinchera, atacante.
Me siento plena. Amo el amor, y echaba de menos el no poder ni querer, siquiera, planteármelo. ¿Y si ahora fuese nuestro momento?